miércoles, 3 de octubre de 2012

VENGANZA, O CÓMO LIAM NESSON SE CONVIRTIÓ EN EL MEJOR DE LOS TIPOS DUROS


El 5 de octubre llega a nuestras pantallas la continuación de una joya del cine de acción de los últimos años: VENGANZA, aquella historia de un ex agente de la cía, Bryan Mills, interpretado por el gran Liam Nesson, quien emprendía una desesperada lucha contrarreloj para rescatar a su hija (Maggie Grace), secuestrada en París por unos mafiosos.


VENGANZA 2:CONEXIÓN ESTAMBUL suma más ingredientes al primer patrón, y en ésta ocasión tanto Bryan como su mujer (Famke Janssen) e hija, son secuestrados por el padre de uno de los mafiosos a los que Bryan dio lo suyo en la primera entrega, y que también ha jurado vengarse.

Al margen de por qué la familia Mills decide irse de vacaciones tras lo ocurrido, asistimos encantadas a ver lo que Luc Besson nos ofrece con su nuevo guión (parece que él va en serio, y que no va a dirigir más, no como su colega Nesson, que se retira y vuelve a escena cada dos años...Quédate Liam, quédate para siempre).En ésta ocasión, dirige Oliver Megaton, quien también firmó otro libreto de Besson hace poco, Colombiana.

Lasdecine todavía nos acordamos de la primera vez que vimos VENGANZA. Fue una de esas raras ocasiones (más en éste oficio), en las que ves una peli de la que no sabes mucho. Toda la familia se mantuvo pegada al sillón durante los 93 minutos de duración, nerviosos y expectantes. Algo así sólo puede conseguirlo un guión redondo, sin fisuras, en las que toda casualidad parece, además de conveniente para nuestro protagonista, creíble para el espectador. En una trama como la de Venganza, en la que el mundo entero puede estar en el ajo, es increíble lo bien enlazado que está cada acontecimiento. Besson  y su colega Robert Mark, nos brindan una historia trepidante, asfixiante, conmovedora, desalentadora y esperanzada a la vez, y a ello le suma verdaderos destellos de adrenalina, con peleas limpias y elegantes que encumbran a Nesson en el culmen de los tipos duros, y nos hace plantearnos si ganaría a Bourne o a Mclain en una pelea.



Buscando información adicional sobre Venganza, me encontré con una serie de críticas destructivas. Intrigada, ya que desde mi humilde punto de vista la película es redonda, me decidí a leer algunas de ellas. Por suerte, aquellos que la tildan de simple, manipulada o "flipada", muestran el plumero con tanta claridad que aburre. A saber; ¿Cómo se atreven a insinuar que en París puede haber mafias de trata de blancas? ¿Cómo se les ocurre irse a la ciudad de la luz a echar pestes, en lugar de quedarse en EEUU y desarrollar allí la trama?
Bien, si esa es la mejor pega que pueden encontrar, vamos por buen camino. Entiendo que hay películas que mandan un mensaje político, moral o ideológico, y que buscan por lo tanto, espectadores que lo compartan, pero no es el caso de una cinta de acción cuyo creador (¿se les olvida?) es francés, y seguro que le encanta su país y que se emociona al oír el himno nacional, pero sabe dejar los prejuicios a un lado y contar una historia sin pararse a pensar en esas minucias.

Venganza plantea veladamente otros dilemas, pero mucho menos remarcados que en títulos como "Adiós pequeña, adiós" que traslada el dilema magníficamente al espectador. No te planteas si está bien que Bryan se tome la justicia por su mano, si no que quieres que lo consiga, quieres que encuentre a su hija mientras a su paso va acabando con parte de la escoria del planeta. Mientras a su paso ves cómo funciona el tráfico de blancas, y se te revuelve el estómago. Y ésta es la historia, sin más. No pretende ser un canto a la justicia, ni dejar a un lado el resto de mafias, ni el resto de injusticias, sólo mostrarnos algo del submundo de la mierda humana, en un punto y lugares concretos, y con una gran historia de palomitas de por medio.



No es perfecta ni mucho menos, la preciosa Maggie Grace hace un papel de adolescente que le queda lejos; y en algunas escenas, más que joven, parece tonta. Por contra tenemos a Nesson, impecable, a una Famke Janssen que clava su papel de ex esposa cojonera, un grupo de amigos ex compañeros de la cía, y toques maestros de un buen guionista. Un ejemplo es cuando uno de los amigos de de Mark habla con Janssen tras el secuestro, y se dirige a ella con un diminutivo de su nombre, a lo que ella responde con un saludo cariñoso. Sólo con éste pequeño gesto Besson es capaz de hacernos visualizar la parte feliz del matrimonio fracasado, y entender un poco a esa madre que hasta ahora nos había caído tan antipática.

Lejos de ser una peli de tíos a lo Van Dame o Segal, a sus muchas escenas de lucha, añade muchas más de tensión, malestar y una esperada tranquilidad hacia el final. No os la recomendaremos para pasar una tarde de sábado, pero sí para cuando queráis evadiros de todo y todos durante hora y media. Garantizado.

Lo mejor: La escena del secuestro, la calma en la voz de un padre que oye cómo se llevan a su hija por teléfono mientras le dice lo que debe hacer, a la vez que en su cara vemos la expresión del horror en sí misma.

La frase: "Te van a secuestrar".

TEXTO: Cristina Martín.

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